Cómo guardar las botellas de vino.

Cualquier persona que consuma vino habitualmente, pero que no sea una experta se habrá preguntado cómo guardar las botellas de forma correcta para conservar sus propiedades. Hoy hablaremos de la temperatura, humedad y luz a la que se debe preservar.

El vino es un producto vivo y frágil. Aunque no seamos expertos, en la mayoría de nuestros hogares hay botellas de vino.  Lo ideal sería ir comprando en la tienda según lo vayamos consumiendo, pues un buen vino, no mejora con el tiempo en botella; Pero siempre nos gusta almacenarlos para grandes ocasiones, pueden ser un regalo, o alguno de una cena con amigos que no se llegó a abrir. Por eso, en el momento en que una botella entra en nuestra casa, no podemos almacenarlo en cualquier lugar. Con estas pocas pautas lo conseguiremos sin llegar a  necesitar una bodega o  una cueva del ladrillo para conservarlo:

Lo primero que debes saber es si el vino que quieres almacenar debe consumirse en el año, o por el contrario está hecho para ir evolucionando en la botella.

La mayoría de los vivos baratos, tintos ligeros, jóvenes espumosos no necesitan envejecer y una de sus cualidades es su juventud y su frescura. Pero hay vinos de gran calidad y zonas especiales, que deben guardarse cuidadosamente. Algunos de estos vinos es imposible beberlos en el momento de la compra. Son muy ácidos y se debe suavizar sus tanitos y desarrollar un buqué más complejo. Es necesario guardarlos, a veces hasta varios años. Sin embargo, estos vinos sólo mejorarán si están en las mejores condiciones.

Las claves son: Temperatura, humedad, luz y preservarlo de olores.

Temperatura: El vino debería conservarse entre 15 y 20 grados, pero siempre lo más estable posible, sin cambios bruscos. El exceso de calor puede “apagar” el vino y hacerle perder frescura. También podría secar el corcho y penetrar el oxígeno en la botella.

Humedad:La humedad ideal para conservar el vino está en el entorno del 80%.Si la humedad fuera escasa podría ocurrir con el corcho el mismo problema que con el calor. Siempre en posición horizontal para que el corcho se mantenga en contacto con el vino, lo mantenga húmedo y mantenga su elasticidad. (Obviamente, las botellas cerradas con tapón de rosca pueden guardarse en cualquier posición).

Lo ideal sería usar un termómetro y un higrómetro junto a las botellas, para poder controlar que el vino no experimente grandes cambios en la humedad o la temperatura del ambiente.

Luz: Debemos evitar la exposición directa a la luz del vino, tanto natural como artificial. El lugar de almacenamiento debe ser oscuro para que el vino no se oxide y pierda así sus propiedades. Por ese motivo, la mayoría de los vidrios de las botellas tienen un tono verde. Para que ayude a neutralizar las radiaciones de la luz del sol.

Si el lugar que hemos elegido para guardar nuestro vino tiene mucha luz, es mejor guardar las botellas en muebles cerrados o cajas.

Con las vinotecas no debe existir problema, ya que los cristales de las puertas suelen estar protegidos contra la radiación solar.

Olor: Nunca debemos almacenar el vino con otros productos, principalmente conservas y embutidos. Lo ideal es que el lugar si es un armario se use exclusivamente pues estos sabores intensos se podrían absorber a través de la porosidad de tapón.

Aparte de estas normas básicas de almacenamiento es importante tener en cuenta los tiempos de conservación

Los tintos jóvenes mejor consumirlos en dos años, los de crianza alrededor de un año y si están bien conservados hasta cinco años.

Espero que estos consejos ayuden a disfrutar más y mejor de un buen vino en casa.

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