Si se rompe el corcho dejarlo dentro de la botella.
Tenemos que intentar sacarlo, ya que corremos el riesgo de que se desmenuce dentro o de que se llene de partículas del corcho que no queremos que estén en el vino.
Echarle hielo.
Es un grave error, estaríamos mezclando el vino con agua y perdería numerosas propiedades al hacerlo. Es mejor que aguantemos el vino un rato más en la nevera.
Guardar las botellas de pie.
El vino ha de guardarse en posición horizontal, un poco inclinada, para que los sedimentos se queden en el fondo, pero a la vez el vino tenga contacto con el corcho, que al estar húmedo guarda sus propiedades herméticas. A su vez debe estar en un sitio en el que no le de la luz, oxidará el vino.
Servir el vino a una temperatura no adecuada
El vino tinto joven debe servirse entre 12º y 15º C, los añejos entre 16º y 18º C y el blanco entre 8º y 12º C.
Coger la copa por el cáliz.
La copa hay que cogerla por el tallo, en el caso de agarrarla por el cáliz la temperatura de nuestras manos calentaría el vino haciendo que pierda propiedades.
“Marear el vino”.
Movemos el vino para poder captar su nota olfativa y que al mezclarse con el oxígeno pueda darnos más propiedades, pero hacerlo en exceso puede ser dañino.
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23130 Campillo de Arenas (Jaén)
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