Cómo elegir en la carta de vinos de un restaurante.

Así que, si lo que quieres es disfrutar de tu comida en el restaurante, lo mejor es pedir otro tipo de vino, aunque tengas que pagar un poco más.

Por norma general y protocolos, una botella de vino siempre debe ser descorchada en la mesa, ante los comensales. También  es importante conocer las medidas. De una botella de vino normal (75cl), salen 5 o 6 copas en total, ideal para muchos comensales, si por el contrario, coméis en pareja, podéis optar por un formato más pequeño, como el de 50cl.

La primera clave es saber qué vamos a comer, cuál será el plato principal, si vamos a pedir un vino para varias personas o tipos de platos. Por ejemplo, si todos los comensales escogen carne roja, elegiremos un tinto viejo; si, por el contrario, piden pescado o mariscos, un vino blanco.

Otro consejo importante es que nunca deberíamos elegir  vinos de mayor cuerpo antes que otros más ligeros, es decir, el orden lógico debería ser: vinos espumosos, blancos, rosados, tintos jóvenes, tintos crianzas, etc.

 Importante  será intentar equilibrar los pesos de los vinos con los de los platos que compondrán nuestro menú. Hay dos tipos principales de maridaje, uno de asociación entre las características de los vinos y los platos, o por el contrario, de contraste.

Los vinos blancos y rosados, así como los tintos jóvenes, deben ser del mismo año, pues eso significa que están en buen estado.

Con respecto al precio, nuestro consejo es que a igual precio, elige la denominación de origen más modesta. Es preferible elegir el vino más caro de una pequeña región que el menos caro de una Denominación de Origen prestigiosa.

La última clave, y quizá una de las más importantes, es que disfrutéis, tanto de la cena, como de la comida y el vino.